Canto de Sirenas

miércoles, julio 19, 2006

De apellido Cuevas (ésta no la cuento dos veces)

Yo pensé que nunca me iba a pasar; error número 1. La confianza que se tiene en el metro cuadrado que te rodea es vulnerada sin que te des cuenta, basta una fracción de segundos, un descuido mínimo (ínfimo en realidad) para que los desgraciados e infelices lanzas (se merecen un par de improperios en realidad) se lleven tu billetera o tu celular.
Pues bien, estoy segura que en el tramo que va desde que puse el pie en la micro-transantiago hasta el cobrador automático me quedé sin billetera. La rabia y las ganas de putiar a alguien me agarraron de lleno. Revisé mi bolso una, dos, tres, cuatro y más veces para convencerme de que me sacaron la billetera en mis propias narices. Miré al tipo que venía detrás mio, pero el ni me miró y su actitud era extraña, como nervioso. Lo miré, no aguanté y lo encaré: ¡¿Por casualidad no me robaste la billetera?!, pobresito él y que enrabiada estaba yo. Me mostró todo lo que llevaba, pero mi billetera no estaba. Obviamente le pedí disculpas (y lo vuelvo a hacer) mientras toda la gente miraba, pero la rabia no se iba ¡QUERÍA MIS COSAS DE VUELTA! llevense la plata si quieren (que era muy poca) pero devuelvanme mis cachureos.
De todas formas, la falta de palta en mi billetera y el exceso de papeles y cachureos que me sirven sólo a mi, me decían que mis cosas iban a aparecer
Finalmente llegue a mi casa y recibí la llamada del chofer, al cual le encargue mi billetera por si aparecía en la micro, y tenía fe de que iba a ser así, pero nada, ahi no estaba. Después recibí una llamada de mi universidad. Una mujer maravillosa, de la cual voy a estar agradecida toda la vida, llamó allá diciendo que tenía mis cosas (entre ellas mi carnet de identidad que era una de las cosas que me importaba) y que estaban en el centro, a dos cuadras de donde tomé la micro.
Es increible como cambia el ánimo, si hasta me ando riendo sola. Se me quitó la rabia y las ganas de putiar a alguien se esfumaron y me volvieron las ganas de continuar mis panoramas del día.
En verdad, ésta no la cuento dos veces.

3 Comments:

At 6:48 p. m., Anonymous Anónimo said...

wau.......yo k tu hago una manda...pero no te voy afelictra por eso si no todo locontrario
k te crei paco, acaso que andai acusando ala gente por sospecha.....
me retiro indignada ...esa wea no se hace por muy cara de hampon k tenga el sujeto
jajajajajajajajaj
te kiero mucho
solo eso

 
At 9:08 p. m., Blogger CammY said...

Lo siento, perdón y disculpas, las más sinceras, al pobre joven que se llevó mi descargos sobre los descarados ladrones.
Ahora siento vergüenza de lo que hice, pero juro por Dios que en el momento era lo más justificado y cuerdo que podía hacer. De todas maneras no justifico lo que hice, solo espero que me entiendan

 
At 4:57 p. m., Anonymous Anónimo said...

El titulo que le pusiste a tu historia deja ver el poco cerebro que tienes (hueona), para otra vez usa un adjetivo si es que los conoces,y a pesar de ser pelotuda tienes suerte de haber encontrado tus boludeses y suerte de que el pobre gil que estaba detras tuyo no te empapelo a xuxas por haberlo acusado de robo al cuete.

 

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